Un Starbucks reemplazó a sus empleados por robots: solo dos humanos trabajan
El país asiático fue elegido por la cadena global para la primera experiencia de cafetería en el futuro.
Corea del Sur fue elegido por la cadena
global de Starbucks para la primera experiencia de cafetería del futuro. La
misma fue catalogada como una operación exitosa y en esta oportunidad, los
robots hicieron el resto de las tareas y solo dos empleados humanos trabajaron
en esta prueba.
No fue casualidad, que el país asiático fue el primer estado en experimentar esta prueba. Porque Corea del Sur posee más robots per cápita que en todo el planeta, con más de 900 por cada 10.000 empleados en manufactura.
A causa de esto, Starbucks eligió al país asiático para concretar esta primera prueba futurista, donde las máquinas
Un Starbucks reemplazó a sus empleados por robots: solo dos humanos trabajan
El país asiático fue elegido por la cadena global para la primera experiencia de cafetería en el futuro.
El robot Phoenix marca un antes y un después en la destreza robótica. (Sanctuary)
Este es Phoenix, uno de
los primeros robots totalmente autónomos que puede aprender imitando a los
humanos. Pero, a diferencia de otros, este es tan diestro y rápido que me hace
sentir que estos androides están muy cerca de reemplazarnos en muchos entornos
que ahora requieren manos humanas. El vídeo en tiempo real bajo estas líneas es
una prueba clara de que estamos al principio del final del trabajo manual.
Desarrollado por la
empresa canadiense Sanctuary AI, Phoenix tiene una destreza y velocidad casi
iguales a las humanas. Además de esa capacidad física, Phoenix opera de forma
totalmente autónoma, aprendiendo observando a los humanos también a velocidades
mucho más rápidas que sus rivales de Figure o Tesla. Según su cofundadora y
jefa tecnológica Suzanne Gildert, son "las mejores manos de robots del
mundo", permitiendo que Phoenix pueda llevar a cabo tareas con un grado de
delicadeza y rapidez sin precedentes.
Cómo funciona
Sanctuary
AI primero entrena a Phoenix usándolo de forma remota. A partir de ese
aprendizaje, el robot refina sus habilidades realizando una simulación que le
convierte en un humanoide de uso general.
Las manos de Phoenix
imitan los intrincados movimientos que caracterizan la interacción humana con
el mundo, que en último lugar es la base de nuestra tecnología y la manera en
la que nos hicimos con el control del planeta.
Gildert afirma que el proceso es similar al de los modelos de aprendizaje automático que identifican características comunes en imágenes, como bordes y esquinas. Así pueden replicar las 31 a 33 garras diferentes identificadas por fisioterapeutas y médicos como críticas para la función de la mano humana. Esto permite a Phoenix realizar todos los movimientos esenciales para interactuar con el medio ambiente.